domingo, 12 de diciembre de 2010

Porque, alguna vez, creyó tener su sol
y este se fue en busca de otro amor.
Y su alma, lejos de parecer hielo,
Ante la falta de esa luz, pensó:

“¿Por qué habría de angustiarme tras su ausencia?
Si aquel sol, como yo, se formó de nuestro amor"
Cerró la puerta con suma prudencia
Y espera
otra estrella para fundir de a dos.

Hay que saber ser flor
Mientras vuelan guadañazos.
Ser princesa sin un rey
Que te estreche entre sus brazos.
Saber ser un ángel
En un infierno permanente.

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